MECANISMOS DE DEFENSA
Freud
estudio en detalle la noción de mecanismos de defensa en 1926 (Freud,
1926/1957ª) y su hija Ana perfecciono y organizo mejor el concepto (A. Freud,
1946). Aunque los mecanismos de defensa son una reacción normal y universal,
llevaos al extremo conducen a comportamientos compulsivos, repetitivos y
neuróticos. Dado que es necesario consumir energía psíquica para establecer y
mantener estos mecanismos, cuanto más a la defensiva actuemos, menos energía
psíquica tendremos para satisfacer los impulsos del ello. Claro que esto es
precisamente el objetivo que persigue el ego con los mecanismos de defensa:
evitar tener que enfrentarse directamente a impulsos sexuales y agresivos y
defenderse a i mismo de la ansiedad que los acompaña (Freud, 1926/1959 a).
Los
principales mecanismos de defensa identificados por Freud son:
- Represión.
- Formación reactiva.
- Desplazamiento.
- Fijación, Regresión.
- Proyección.
- Introyección.
- Sublimación.
MECANISMO DE
DEFENSA
|
DESCRIPCIÓN
|
EJEMPLO
|
Represión
|
Cada vez que el ego es amenazado por impulsos no
deseados del ello, se protege a si mismo mediante la represión de estos
impulsos, es decir obliga a las sensaciones amenazadoras a pasar al
inconsciente. (Freud 1926/1954 A).
|
Un joven puede reprimir de manera permanente su
hostilidad por una hermana menor porque sus sentimientos de odio le crean
demasiada ansiedad.
|
Formación Reactiva
|
Los impulsos reprimidos pueden hacerse consientes
disfrazados de modo que parezca exactamente lo contrario de su forma original
y un comportamiento reactivo se puede caracterizar por su carácter extremo y
su forma obsesiva y compulsiva.
|
Una mujer joven que odie profundamente a su madre
se concentra en el sentimiento opuesto, los demás pueden percibir la
verdadera naturaleza de este amor pero ella debe engañarse a sí misma y
aferrarse al mecanismo de forma reactiva. (Certeza que le genera ansiedad.
|
Desplazamiento
|
Las personas pueden redirigir sus impulsos
inaceptables hacia una verdad de impulsos u objetos, a fin de ocultar el
impulso original.
|
Una mujer que estaba enojada con su compañera de
piso puede desplazar su enfado hacia sus empleados mientras trata a la
compañera con amabilidad.
|
Fijación
|
Normalmente, el crecimiento psíquico avanza de
manera más o menos continuada por diversas etapas de desarrollo, este
proceso, sin embargo, no está exento de momentos de estrés y ansiedad. Cuando
la perspectiva de pasar a una siguiente fase llega a provocar demasiada
ansiedad, el ego puede recurrir a la estrategia de mantenerse en la etapa
psicológica actual, que resulta más confortable. Este mecanismo de defensa se
produce cuando la lívido queda anclada de manera permanente en una fase de
desarrollo anterior, más primitiva (Freud, 1917/1963). Como sucede con otros
mecanismos de defensa, las fijaciones son universales.
|
Las personas que obtiene placer de la comida, el
tabaco o la conversación de manera continuada, podrían tener una fijación
oral, mientras que quienes están obsesionados por la limpieza y el orden
podrían tener una fijación anal.
|
Regresión
|
Una vez que la libido ha superado una etapa de
desarrollo, puede, en momento de estrés y ansiedad, volver a la etapa
anterior. Este retroceso se conoce con el nombre de regresión
(Freud 1917/1963). Las regresiones son bastante comunes y se perciben claramente
en los niños.
Las regresiones también son frecuentes en niños
mayores y en adultos.
El comportamiento regresivo sería similar una
fijación rígida e infantil, la diferencia reside en que las regresiones
suelen ser temporales, mientras que las fijaciones requieren un gasto de
energía psíquica más o menos permanente.
|
Un niño totalmente destetado podría volver a
pedir el biberón o el pecho con el nacimiento de un hermano ya que la
atención presentada a un bebe recién llegado representa una amenaza para él.
Una reacción común en los adultos ante
situaciones que generan ansiedad es reproducir patrones de conductas
anteriores, más fiables y seguros, y proyectar su libido sobre objetos más
primarios y conocidos. En situaciones de máximo estrés un adulto podría
adoptar la posición fetal, otro podría volver a la casa de sus padres y otro
podría reaccionar quedándose todo el día en la cama, resguardo del mundo frio
y lleno de amenazas.
|
Proyección
|
Cuando un impulso interno provoca demasiada
ansiedad, el ego puede reducirla atribuyendo el impulso no deseado a un
objeto externo, que suele ser otra persona. Este es el mecanismo de defensa
de la proyección, que se puede definir como la percepción en los demás
sentimientos o tendencias inaceptables que, en realidad, residen en el propio
inconsciente (Freud, 1915/1957b).
Una forma de proyección extremada es la paranoia,
una afección mental caracterizada por celos delirantes intensos y manía
persecutoria, no es una consecuencia inevitable de la proyección sino una
variable grave de la misma. Según Freud (1922/1955), la diferencia crucial
entre la proyección y la paranoia se caracteriza por tendencias homosexuales
reprimidas hacia el perseguidor. Freud afirma que el perseguidor es siempre
un antiguo amigo del mismo sexo, aunque a veces las personas pueden
transferir sus delirios a otra persona del sexo contrario. Cuando los
impulsos homosexuales se hacen demasiado fuertes, los paranoicos perseguidos
se defienden a sí mismos invirtiendo el sentido de estos sentimientos y
proyectándolos hacia el objeto original.
|
Un hombre puede interpretar de manera sistemática
los actos de una mujer mayor como intentos de seducción, a su mente consiente
podría repugnarle el pensamiento de mantener relaciones sexuales con mujeres
mayores, pero en su inconsciente existe una fuerte atracción erótica hacia
ellas. En este ejemplo, el hombre joven se engaña a si mismo haciéndose creer
que no siente atracción sexual por las mujeres mayores pero, aunque esta
proyección borra en gran medida su ansiedad y su sentimiento de culpa, le
permite mantener un interés sexual por las mujeres que le recuerdan a su
madre.
|
Introyección
|
Mientras la proyección conlleva atribuir un
impulso no deseado a un objeto externo, la introyección es un mecanismo de
defensa por el cual una persona incorpora las cualidades positivas de otra
persona a su propio ego.
Para Freud (1926/1959a) la resolución del
complejo de Edipo es el prototipo de la introyección. Durante la fase
edipica, el niño pequeño introyecta la autoridad y los valores de uno de sus
padres activando así el proceso de formación del superego. Cuando liberados
de la tarea de valorar y escoger sus propias creencias y normas de conducta
pero, a medida que los niños avanzan en la fase de desarrollo de lactancia
(entre los 6 y los 12 años de edad, aproximadamente), su superego se va
personalizado más, es decir, se distancia de la identificación con sus
padres. Pese a ello, individuos de todas las edades pueden reducir la
ansiedad derivada de la idea de imperfección adoptando o introyectando los
valores, opiniones y gestos de otras personas.
|
Un adolescente podría adoptar los gestos, valores
o estilos de vida de una estrella de cine, esta introyección le da una
sensación de valor propio al adolescente y reduce la sensación de
inferioridad. Las personas introyectan características que consideran
valiosas y que les permiten tener una mejor opinión de sí mismos.
|
Sublimación
|
Todos estos mecanismos de defensa sirven de ayuda
al individuo porque protegen a su ego de la ansiedad, pero tienen un valor
dudoso para la sociedad. Según Freud (1917/1963), existe un mecanismo, la
sublimación que ayuda, tanto al individuo, como al grupo social. La
sublimación es la represión del objeto genital del eros sustituyéndolo por un
objetivo social o cultural.
En la mayoría de las personas las sublimaciones
se combinan con la expresión directa del eros, dando como resultado una
especie de equilibrio entre los logros sociales y el placer personal.
|
Su forma más evidente es la creación cultural,
como el arte, la música y la literatura, pero, de una manera más sutil, está
presente en todas las relaciones humanas y actividades sociales, según Freud
(1914/1953) el arte de Miguel Ángel, que encontró en la pintura y en la
escultura una vía de escape para su libido.
Casi todos nosotros somos capaces de sublimar una
parte de nuestra libido poniéndola al servicio de ciertos valores culturales
y, al mismo tiempo, conservar el suficiente impulso sexual para buscar el
placer erótico individual.
|
CONCLUSIÓN
Todos
los mecanismos de defensa protegen al ego de la ansiedad y son universales, en
el sentido de que todas las personas adoptan comportamientos defensivos en
mayor o menor medida. Todos los mecanismos de defensa se combinan con la
represión y todos pueden derivar en psicopatologías, sin embargo, los
mecanismos de defensa, por lo general, resultan beneficiosos para el individuo
e inofensivos para la sociedad; además, uno de ellos, la sublimación, suele ser
beneficioso tanto para el individuo como para la sociedad.
REFERENCIAS:
Feist Jess, J. Feist Gregory. (2007). Teorías de la personalidad. España. Mc Graw Hill.
No hay comentarios:
Publicar un comentario